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20 de marzo: DIA MUNDIAL SIN CARNE

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Cada 33 minutos mueren alrededor de 6 millones de animales en el mundo, según la FAO, esto equivale a 3.000 animales por segundo, y esto sin contar los peces.
Vacas, pollos, cerdos, ovejas…. Todos tienen la capacidad de sentir alegría, dolor o angustia, de la misma manera que lo hace un ser humano, o de la misma manera que lo hace tu perro o gato.
Los sistemas de producción usan a estos inteligentes animales como simples «unidades productivas». Los han rebajado al nivel de cosas. Su vida está muy por debajo de la utilidad que puedan generar. Todos ellos son víctimas invisibles de toda una vida de abusos y explotación. Hacinados en jaulas, encerrados, inmovilizados, sometidos a manipulaciones y procedimientos muchas veces dolorosos, algunos de estos animales ni siquiera llegan a ver la luz del día sino solo cuando se los transporta al matadero.
Una de las torturas mas grandes para una madre es sin duda perder un hijo, sin embargo, para la industria de la leche éste no es un problema. Terneros de días de nacidos son arrancados de sus madres para que los seres humanos puedan consumir la leche que fuese diseñada para un bebé de vaca. Los recién nacidos son alimentados por un tiempo con sustitutos lácteos para que ganen un poco de peso y puedan ser vendidos, o en su defecto son enviados directamente al matadero para acabar con su vida. En otros países es común el consumo de la «carne de ternera», la cual consiste en provocar anemia en estos animales recién nacidos al alimentarlos con una dieta baja en hierro, y restringir sus movimientos para producirles una especie de distrofia muscular, la cual para los consumidores es apetecible, ya que esta carne anémica es mas suave y más pálida que la de res.
Las cerdas en unidades de producción son vistas como simples máquinas reproductoras. Pasan toda su vida encerradas en jaulas que restringen sus movimientos naturales. Es más, llegan a ser tan grandes en jaulas tan pequeñas que muchas veces el acostarse o levantarse llega a ser una tarea casi imposible. Cuando tienen a sus bebes, es común que algunos de ellos mueran aplastados por su madre, debido a que no pueden darse la vuelta para observar donde están. A Los cerditos que sobreviven, se les mutila los colmillos y la cola, supuestamente para que no se lastimen entre ellos, y son castrados sin anestesia, de una manera violenta, muchas veces por personal no capacitado para el trabajo.
Las gallinas ponedoras tienen una suerte parecida. Miles de estos animales son colocados en largas filas de jaulas de batería, donde tienen el espacio suficiente tan solo para acostarse y levantarse. Muchas sufren de enfermedades en sus patas debido a que el piso de las jaulas no está diseñado para su bienestar, sino para la facilidad con la que el empleado pueda limpiar de las mismas. Aquí pueden pasar hasta 2 años, antes de ser descartadas como un animal inservible.
Estos son unos pocos ejemplos de la triste, injusta e invisible realidad de la producción animal en el mundo. Estamos aquí el día de hoy porque creemos que esta realidad se puede cambiar.
El Día Mundial Sin Carne (Meat Out Day según su nombre original en inglés) es la campaña mas grande del mundo para educar y concienciar a las personas en las bondades de una dieta basada en vegetales, sin ningún ingrediente de origen animal. Este evento fue realizado por primera vez en 1985 por FARM (Farm Animal Reform Movement), y hasta la fecha ha tenido un crecimiento a nivel mundial donde miles de personas buscan difundir el mensaje de respeto a todas las especies. El objetivo principal es ayudar a las personas a involucrarse en una dieta libre de crueldad y sin violencia.
Diversas organizaciones de promoción de la salud, como la Sociedad Americana del Cáncer, el Instituto Nacional del Cáncer (EE.UU), la Universidad John Hopkins y la Asociación Americana del Corazón tienen sus propias campañas para promover el consumo de una dieta basada en vegetales. La Asociación Dietética Americana ha sido clara en declarar que una dieta basada en vegetales es nutricionalmente completa para todas las etapas de la vida humana.
Es por esto que nos solidarizamos con el sufrimiento de millones de animales que día a día son víctimas de esta cruel explotación. Nos solidarizamos con todas las personas que se mueren de hambre a nivel mundial, ya que si todo el grano producido fuera destinado a la alimentación humana y no a alimentar animales, no existiría hambruna. Nos solidarizamos también con el planeta, ya que la producción animal es la primera fuente de contaminación del aire, del agua y del suelo. Produciendo mas gases de efecto invernadero que el mismo parque automotor a nivel mundial.
Les invitamos a reflexionar acerca de esta realidad. Porque creemos que cada uno es capaz de hacer un cambio en favor de la comunidad, donde podamos incluir a todas las especies dentro de nuestro círculo de respeto. Porque creemos que un nuevo mundo es posible, y que somos nosotros y nosotras los llamados a construirlo día a día.
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BASES ÉTICAS DEL VEGANISMO

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Las bases éticas del veganismo se basan en que los modelos de producción y la cría intensiva de animales responden a un tipo de discriminación descrito como Especismo (Singer, 1999). Este término fue acuñado por Richard Ryder, psicólogo y filósofo británico en 1970, quien menciona que el especismo es un tipo de segregación equivalente al racismo o al sexismo (Singer, 1999). Posteriormente otros filósofos como por ejemplo Peter Singer en su libro “Animal Liberation” le daría más fuerza y sobretodo demostraría la importancia de este tema con ejemplos concretos. Este concepto argumenta que el pertenecer a una determinada especie, como sería la especie humana, no nos da superioridad moral para explotar a otra especie por ningún motivo (Singer, 1999; Bentham, 1781).  Un animal es un ser sintiente y capaz de experimentar sufrimiento tal como lo haríamos nosotros, por lo tanto, no es correcto maltratar o peor aún matar a un ser sintiente para satisfacer un gusto y no una necesidad (Bentham, 1781). La ética detrás del veganismo es una ampliación de nuestro círculo moral para todas esas especies que son capaces de sentir. Es desde esta perspectiva que el filósofo Jeremy Bentham hace una reflexión importante: “La pregunta no es, ¿Pueden razonar? ni ¿Pueden hablar?, sino, ¿Pueden sufrir?” (Bentham, 1781). Para poder realizar esta “conexión” es necesario conocer cuál es la verdad detrás de las granjas de producción, así como la explotación a la que están sometidos los animales que se usan en espectáculos como diversión, los animales de compañía, los animales que sirven para la experimentación, y los que se usan como vestimenta.

Y por supuesto que los animales sufren en manos de los seres humanos. Las granjas de producción con el afán de incrementar sus ganancias han convertido la vida de los animales en un infierno (Singer, 1999). Desde el pollito más pequeño, hasta la vaca más grande, su vida está predestinada, ya que la industria ha dejado de ver a los animales como seres vivos y los trata a manera de “unidades productivas” (Riechmann, 2005; Singer, 1999). La mayoría de ellos viven en pequeñas jaulas durante toda la vida, donde moverse, caminar, o simplemente acostarse son privilegios que ellos no conocen hasta que los llevan al matadero (Singer, 1999). En el caso de las vacas, son animales que son obligadas a reproducirse de una manera antinatural y a más de eso, sus bebés son separados a edades tempranas para satisfacer los niveles de producción. Automutilaciones, enfermedades, estrés y muerte súbita son las consecuencias de este tipo de manejo en las granjas de producción, sin embargo, todo está oculto tras las excelentes campañas publicitarias donde se observan animales felices y libres en las granjas, pero lastimosamente nada de esto es real (Singer, 1999).

Podemos observar la explotación animal a todo nivel, por ejemplo los espectáculos donde se utilizan animales. Circos, corridas de toros, peleas de perros o gallos, son solo algunos de los ejemplos donde el maltrato y la diversión de unos pocos se juntan. Algunas de estas actividades escudadas bajo el lema de “tradiciones” no han podido ser abolidas, incluso en nuestro país. Los animales de compañía como perros y gatos también sufren de explotación a gran escala en las “fabricas de cachorros” o puppymills, donde se escogen razas para reproducirlas dentro de jaulas diminutas y poco higiénicas donde lo que prima son las ganancias económicas más no el bienestar del animal, el cual generalmente sufre de enfermedades incluso genéticas por la endogamia a la que son sometidos (Singer, 1999).

La experimentación animal es otro tema muy extenso y complejo a tratar. Por lo general, los que llevan a cabo este tipo de prácticas son las farmacéuticas, universidades o empresas cosméticas que están probando sus productos en modelos animales para después sacarlos al mercado para los seres humanos. Sin embargo, el testeo sobre animales no garantiza la seguridad de dichos productos debido a que cada especie es capaz de reaccionar de manera diferente a un mismo producto (Singer, 1999). El hecho de colocar sustancias irritantes o corrosivas en ojos de conejos, o de obligar a ingerir sustancias tóxicas a los animales para calcular la dosis letal de un producto, no son actos éticos, pero son justificados por un mercado que desconoce la realidad (Singer, 1999).

El uso de animales ya sea para diversión, experimentación o alimentación no están justificadas por la necesidad del ser humano, sino mas bien responden a un mercado y a clientes que son engañados o desconocen la verdad acerca de la explotación animal. El especismo es un tipo de discriminación equivalente al racismo o al sexismo que trata de poner los interés de una especie por sobre las demás, pero muchos filósofos han comenzado a reflexionar y defender la idea que este tipo de trato hacia otros seres vivos no es ético, y que tanto animales humanos como los no humanos son capaces de sentir y eso es lo que importa.

Referencias:

Bentham, J. (1781). An introduction to the Principles of morals and legislation. Recuperado el 01/03/2015 desde: http://socserv2.socsci.mcmaster.ca/econ/ugcm/3ll3/bentham/morals.pdf.

Riechmann, J. (2005). Todos los animales somos hermanos. Ensayo sobre el lugar de losanimales en las sociedades industrailizadas. Catarata Editores. Madrid – España.

Singer, P. (1999). Animal Liberation. Editorial Trotta. Madrid – España.